Denme un segundo, unas solas palabras más… un momento de silencio. Trato de cerrar mi boca que ha quedado abierta hasta extremos que un médico diagnosticaría de peligrosos…luxación. No… creo que lo he conseguido… estoy bien… bueno o más o menos como siempre.
Menuda genialidad, las “7:35 de la mañana” de Nacho Vigalondo (2006). ¿Por qué la gente puede estar contenta a una hora tan intempestiva cuando además le toca ir a trabajar? Puede que la sonrisa de una chica que nos guste lo solucione. Pero ¿y si no nos atrevemos a decirle nada? Y si un día le echáramos huevos u ovarios… ¿Qué estaríamos dispuestos a hacer?
¿Han oído alguna vez la frase “una locura de amor”? Vigalondo demuestra que la literalidad de las frases puede resultar peligrosa. Creo estar descubriendo que los cortometrajes tienen la suerte de poder llevar la originalidad hasta donde la industria teme llegar. Y además, de mostrar ideas contundentes que no necesitan más tiempo que 8 minutos para ser expresadas. Un despliegue de alegría y tensión a partes iguales. Una canción magnífica y una interpretación sobremanera del propio Vigalondo excéntrico cual enamorado como pocos, cómico sublime, compositor interesante.
Pero es que, abandonando el jolgorio, tal vez, algunos de los que leen estas líneas (tengo el disgusto o el gusto) hayan sentido alguna vez lo que es lanzarse a una chica. E insisto, abandonado lo curioso de la idea, puede que la sensación sea similar a la que plantea el corto, una situación límite en la que entra en riesgo tu integridad y que termine como termine… para bien o para mal… es toda una explosión de júbilo y confeti.
Néstor García
www.deformacionprofesional.org
1 comentario:
este blog tambien es tuyo??
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